El Ser lo relacionamos con la necesidad de conexión interior.
Vivimos influenciados por el entorno sin ser conscientes del propio Ser, lo que nos lleva a vivirlo como normal. Nos vemos afectados emocionalmente y dotamos a nuestros sentimientos con etiquetas que vamos creando cada día y que distan mucho de lo que somos en realidad.
Normalmente, nuestros sentimientos llaman nuestra atención despertando la parte oscura de nuestro Ser, a veces, por un vacío que puede haber sido creado por cualquier vivencia adversa que no podemos asimilar fácilmente.
Es entonces cuando nos juzgamos duramente o comparamos con los demás, pues dichos juicios suelen ir cargados de reproches lastimándonos sin compasión.
Nos comparamos con modelos externos que condicionan nuestra vida instalándose en cada generación. Y, desde luego, si tienen la suficiente fuerza éstas comparaciones, sentirás que has fracasado, lo que podría llevarte a un estado de ansiedad o depresión, sin saber el cómo…? En éste punto es fácil repetir una y otra vez, que no vales nada, y no te sientes con fuerzas para sacar adelante la mayoría de cosas, aunque será lo que te lleve a la necesidad de salir de ese entorno tóxico en el que has vivido todo tu vida o gran parte de ella. En definitiva, necesitas estar a solas contigo, sólo sabes que estás saturado y necesitas respirar. No es tan desagradable, ya que te ayudará a conocer tu propia verdad. Al principio parece vacío y oscuro, aún que no exento de paz por lo que la luz también se puede sentir.
Es el momento de sentir y comprender, que todo está en uno mismo. Que tú eres muy importante. El camino propio, puede necesitar guía pero siempre se hace a solas.
